Totimehuacan: El jaguar y la historia

Jaime Carrera

Puebla, Pue.- A unos 10 kilómetros del centro histórico de la ciudad de Puebla, una mítica figura de piedra vigila a una tierra prodigiosa.

El icónico vigía yace en lo alto del arco de lo que fue el atrio del Convento de San Francisco Totimehuacan, y aguarda cauteloso entre cables, lonas y una mancha urbana que continúa en expansión.

Debajo, una vívida imagen de la Virgen de Guadalupe acompaña al felino, a un costado y detrás de ellos se mantienen los vestigios del exconvento construido por los franciscanos en el siglo XVI.

La infravaloración y el olvido de su recinto ha excluido a Totimehuacan que no forma parte del Triángulo de Oro integrado por los municipios de Cuautinchán, Tepeaca y Tecali con inmuebles que datan de esa misma época.

Lo que hoy son espacios apuntalados y otros más ruinosos, en su momento, a finales del siglo XVIII alcanzaron su auge. Desde allí, se mantenía el control religioso de todo lo que rodeaba a la ahora capital poblana.

De lo prehispánico hasta la conquista, el pueblo de Totimehuacan ha sido resistente y sus antepasados libraron infinidad de batallas: entre locales, contra los aztecas y hasta en los años de la Revolución mexicana.

En su fachada principal, aún se observan los impactos de bala resultado de los bruscos cambios en la vida social, económica y moral de la sociedad de Puebla en 1910. En una revolución que mantuvo al sitio como una zona de fusilamiento.

En esa junta auxiliar se acumula un mar de historias ¿Qué tan inverosímil es que a unas calles de la plaza principal, hace 10 mil años, transitaron Mamuts? Hoy donde corren y juegan niños, retozaron perros lobos y camellos.

Desde la época del pleistoceno, la tierra que hoy es Totimehuacan cobijó a una impresionante fauna que incluso le otorgó su nombre: “lugar en el que abundan las aves”, la cuales aún se ven surcando los aires rumbo al lago de Valsequillo o a la zona arbolada de Ciudad Universitaria.

Las docenas de restos prehistóricos de mamuts y lobos serán recuperados y se les proporcionará un espacio digno en la junta auxiliar de San Francisco Totimehuacan del municipio de Puebla.

Como parte del programa de Rescate de Archivos Históricos de las juntas auxiliares de la ciudad de Puebla, las autoridades municipales acondicionarán un espacio para la exhibición de colmillos, fémures, vértebras de mamut y algunos restos de lobos hallados en esa zona del centro del país.

Se trata de fósiles que han sido localizados durante décadas por arqueólogos, historiadores e integrantes de la asociación civil Tepalcayotl, un grupo de hombres y mujeres preocupados por resguardar vestigios y la memoria histórica

Un par de kilómetros más allá del zócalo de la localidad se encuentran un conjunto de estructuras precolombinas. Al centro y de frente, los basamentos piramidales son custodiados por el cerro del Chiquihuite, desde cuya cumbre se ve todo el valle de Puebla.

No podía haber mejor manera de recordar el pasado a sus habitantes que con arte. Con pinceladas de cada momento, hecho y personaje que ha abonado a la historia del pueblo de los secretos.

El costumbrismo de una ciudad también se vive allí y de a ratos amenaza con borrar las huellas del pasado, pero ahí estarán los murales y ese mítico jaguar que por las noches rugirá tan fuerte como el pueblo que custodia.

 

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